jueves, 4 de noviembre de 2010

Simone De Beauvoir

Simone de Beauvoir nació en París (Francia), el 9 de enero de 1908. Era la hija mayor del abogado George Bretrand y de Françoise de Beauvoir, ambos miembros de una familia burguesa de arraigadas creencias católicas. Su hermana menor se llamaba Helene, conocida familiarmente como Poupette familiarmente.
Simone no siguió las pautas sociales y religiosas de su familia y desde muy joven se mostró rebelde e inconformista, con elevadas pretensiones intelectuales y socioculturales.
En 1929, mientras estaba estudiando filosofía en la Universidad de la Sorbona, formó pareja sentimental con el escritor y filósofo Jean-Paul Sartre, con quien compartió pensamiento izquierdista.
A partir de 1931 impartió clases de filosofía en Marsella, para posteriormente trasladarse a Rouen y París. Fue profesora en la Sorbona entre 1941 y 1943, año en el cual abandonó la docencia para dedicarse a la escritura, colaborando con Sartre en la revista "Le temps modernes".
También por esa época dio inicio a su trayectoria literaria con su primera novela "La invitada" (1943).
A pesar de que siempre estuvo al lado de Jean-Paul Sartre hasta la muerte de éste manteniendo una relación muy liberal, Simone también mantuvo encuentros amorosos en paralelo con otros hombres, entre ellos con el escritor estadounidense Nelson Algren, relación confirmada tras la lectura del elevado número de cartas conservadas que Simone le envió a Algren entre 1947 y 1964.
De ideología marcadamente feminista y progresista, su literatura se engloba en el marco del existencialismo.
Los títulos más importantes de su obra son la citada "La invitada" (1943), "La sangre de los otros" (1944) "Todos los hombres son mortales" (1947), "El segundo sexo" (1949), su libro clave dentro de su reclamación feminista, "Los mandarines" (1954), novela con la cual consiguió el Premio Goncourt o la autobiográfica "Memorias de una joven formal" (1958).
cito: La mujer no es nada más que lo que el hombre decide que sea; así, se le llama "el sexo" queriendo decir con ello que aparece esencialmente ante el hombre como un ser sexuado: para él, ella es sexo, y lo es de un modo absoluto. Se determina y se diferencia en relación al hombre y no en relación a lo que ella misma es; ella es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el sujeto, el absoluto: ella es "lo otro".

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